VENTANA DE FORMACIÓN 31. NOVIEMBRE 2019

Señor de la Piedad, acuérdate de todas aquellas, tus hijas, que han vivido bajo tu presencia. Admítelas a contemplar la luz de tu rostro.
María de la Estrella, que supiste estar en el mayor dolor, acoge en tu mirada a todos aquellos, tus hijos, que ya disfrutan del descanso eterno junto a Ti .
Desde la Vocalía de Formación, volvemos a encontrarnos, un mes más, con las Ventanas de Formación, con el objetivo de complementar la formación activa que la Vocalía propone para todos los cofrades con sus actividades durante todo el año. En esta ocasión, el mes de noviembre acoge las fechas en las que tendremos un especial recuerdo a todos aquellos seres queridos que ya no se encuentran entre nosotros pero siempre estarán en nuestros corazones.
Así, el día 2 de noviembre a las 19:30 horas en la Iglesia de la Purísima Concepción se ofrecerá una Eucaristía por el alma de todos los difuntos, con la consideración de un tierno recuerdo a todos aquellos cofrades de la Hermandad que han dejado este mundo en este año para encontrarse, sin duda, en presencia del Señor.
Igualmente, durante los días del 15 al 17 de noviembre se dará culto a María Santísima de la Estrella en el Triduo en su Honor que se celebrará en la Iglesia de la Purísima Concepción en horario de 19:30 a 21:30 los días 15 y 16, y de 12:00 a 13:30, el domingo 17.
Se da la particularidad de que el citado día 16 de noviembre, previamente a la celebración del primer día de Triduo, se ha convocado por parte de esta Vocalía de Formación la Charla de formación que tendrá lugar en horario de 18:00 a 19:00 horas, cita ineludible para todos aquellos nuevos cofrades, a la que va especialmente dirigida.

Mes de noviembre cargado de celebraciones para nuestra Hermandad Dominica y Cofradía de nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Piedad en su Sagrada Presentación al Pueblo, María Santísima de la Estrella, Ntra. Sra. del Rosario y Santo Domingo de Guzmán, y sobretodo por la gran celebración que supone la de Todos los Santos, dedicada a todas aquellas personas que tuvieron la gracia concedida de ser señal y ejemplo cristiano y elegidos para ejercer de intercesores nuestros ante Dios.

SIGNIFICADOS:
En un principio la iglesia celebraba la muerte de cada mártir en el día de su fallecimiento, pero con el tiempo, según fueron muriendo más mártires, se fue haciendo complicado tener una celebración exclusiva. El Papa Gregorio III decidió unificar todas las muertes de los santos en un mismo día y honrarlos el 1 de noviembre. El Papa incluso llegó a consagrar en la Basílica de San Pedro, en Roma, un espacio para orarles. Años después el Papa Gregorio IV aumentó el sentido de la celebración al día de los santos inocentes, ampliándolo a todos los componentes de la iglesia. Desde entonces se recuerda y ora por cada alma, dando así lugar a una jornada de conmemoración y a esta tradición que cumplimos los católicos cada año.
Evidentemente esta celebración entronca con la de difuntos que hace que todos tengamos, aunque sea en por un día, en nuestro recuerdo a todos aquellos fallecidos, justo en esas jornadas de los primeros días del mes de noviembre y que honramos con la visita a los cementerios y el cuidado de sepulcros, lápidas y panteones. Así, en esas jornadas, los cementerios se llenan de flores; de claveles que expresan admiración y homenaje (y cuyo nombre, el género Dianthus, que procede de las palabras griegas deos («dios») y anthos («flor»), no puede ser más apropiada); de gladiolos que muestran la pureza del alma del difunto; de azucenas y los lirios, también se utilizan para homenajear a los difuntos; y de la flor estrella, el crisantemo, ya que su corta floración (entre octubre y diciembre) nos enseña lo efímero de la vida.
Llegados aquí, es el momento de tener un recuerdo a una tradición, ya en desuso y casi olvidada, que tuvo un largo recorrido durante siglos. Durante estos días se multiplicaban los cultos a las ánimas del purgatorio. Según la creencia teológica, las ánimas del purgatorio corresponden a todas las almas que mantienen algún pecado cuya penitencia no se ha saldado de forma suficiente en vida para poder entrar directamente al cielo. Por ello, se entiende que las ánimas benditas son las que pueden interceder en favor de estos pecadores a través del sacrificio y de la oración de los vivos. En este proceso de purificación tiene un papel fundamental la Virgen del Carmen, poderosa intercesora de las ánimas del purgatorio y valedora de todos los difuntos. Esta costumbre devota, tiene su contexto histórico desde mediados del siglo XV, cuando se impulsó desde la Iglesia todo un conjunto de devociones exclusivamente católicas, posteriormente algunas negadas por la corriente luterana. Entre las más extendidas estaba la veneración a la Eucaristía, el culto a Santa María y la devoción a las benditas Ánimas del Purgatorio. Tanto es así que casi todas las parroquias llegaron a tener una hermandad de Ánimas y otra para dar culto al Santísimo Sacramento. En muchos casos, una misma cofradía englobaba las dos devociones.
En Jaén, las oraciones por la salvación de las almas de los difuntos que se encontraban en el purgatorio han gozado de un importante protagonismo, dejado huella en pinturas y retablos en muchas iglesias, como es el caso del fantástico retablo de las ánimas de San Ildefonso. La construcción de este retablo, que la Cofradía de las Ánimas sufragó, se atribuye hacia 1760 a Francisco Calvo y se halla dentro de la reforma artística emprendida en el edificio a partir de 1751, donde tuvo gran importancia el escultor sevillano Pedro Duque Cornejo. Las Cofradías de las Ánimas persistían en Jaén aún en la época de la República y eran de gran antigüedad. Las cofradías salían en las frías noches del mes de noviembre, sobre las nueve de la noche, cuándo se tocaba precisamente a ánimas, a pedir limosnas, provistas de cepos de madera pintados en colores en los que se representaban las almas del purgatorio consumiéndose entre el fuego. Un niño los acompañaba tocando una campanilla y llamaban a la puerta del vecindario con el lema de “A tu puerta están las ánimas”. El vecino introducía en un cajón de madera con una ranura unas monedas de limosna.

REFLEXIÓN:
Es el momento de pensar en el rezo por los difuntos. Los creyentes no deben ver en el misterio de la muerte la última palabra de la suerte humana, sino más bien el paso hacia la vida eterna. “Mientras se destruye la morada de este exilio terreno, se prepara una morada eterna en el Cielo”. Es importante y es un deber rezar por los difuntos pues, aunque hayan muerto en la gracia de Dios, quizá tienen necesidad todavía de una última purificación para entrar en la gloria del Cielo (Catecismo de la Iglesia Católica). El sufragio por ellos se expresa de diferentes maneras, entre las que se encuentra la visita a los cementerios. Detenerse en estos lugares sagrados constituye una ocasión propicia para reflexionar sobre el sentido de la vida terrena y para alimentar, al mismo tiempo, la esperanza en la eternidad bienaventurada del Paraíso.
EVANGELIOS DEL MES DE NOVIEMBRE
El evangelio que nos ocupa este primer Domingo, día del Señor, es el de Evangelio según San Lucas 19, 1-10
Zaqueo es un pecador para los puritanos, para los de religión legal. Para Jesús, y sin duda para Lucas, es un “rico”. Pero ¿también de los ricos es el Reino de los cielos? He aquí la gran cuestión de este episodio. Si los ricos renuncian a ello (dando la mitad de los bienes a los pobres y haciéndose como la gran mayoría de la gente) entonces sí. Los bienpensantes de siempre especulaban que si Jesús entraba a casa de un publican, se contaminaba, ya que los publicanos trataban con las autoridades romanas que les concedían los privilegios de recolectores de impuestos. Pero para Lucas Jesús va buscando el verdadero “pecado”: haber acumulado riquezas y poder a costa de los otros. Y es eso lo que debe cambiar Zaqueo. Y eso, sin duda, porque en su comunidad debía ser una cuestión puesta sobre la mesa de cómo se puede ser un buen seguidor de Jesús en este mundo donde hay riquezas y todo lo que ello conlleva. No pretende Lucas presentar a Zaqueo simplemente como un hombre desprendido o magnánimo, sino como un convertido a la causa del Reino. También aquí las insinuaciones se transparentan: en la casa han hablado a fondo Jesús y Zaqueo, porque querían conocerse mutuamente. Esta es, pues, una propuesta para los ricos. Es un relato de grandes iniciativas: Zaqueo que quiere conocer a Jesús; Jesús que busca a Zaqueo; Zaqueo que renuncia a ser rico (porque no de otra manera se ha de entender ofrecer la mitad de los bienes a los pobres, y restituir la injusticia) y, finalmente, Jesús, que le muestra que ese es el camino de la salvación. La riqueza es muy peligrosa para vivir en cristiano, por injusta, como en el caso de Zaqueo, y porque los pobres no podrán nunca salir de su condición si no cambian las situaciones sociales, o mejor dicho, si los ricos no invierten «la mitad» de sus riquezas en los pobres.

La lectura del evangelio del segundo domingo nos la va a acercar el mismo evangelista. Es el de Evangelio según San Lucas 20, 27-38
Jesús es más personal y comprometido que los fariseos y se enfrenta con los materialistas saduceos; lo que tiene que decir lo afirma rotundamente, recurre a las tradiciones de su pueblo, a los padres: Abrahán, Isaac y Jacob. Pero es justamente su concepción de Dios como Padre, como bondad, como misericordia, lo que le llevaba a enseñar que nuestra vida no termina con la muerte. Un Dios que simplemente nos dejara morir, o que nos dejara en la insatisfacción de esta vida y de sus males, no sería un Dios verdadero. Y es que la cuestión de la otra vida, en el mensaje de Jesús, tiene que ver mucho con la concepción de quién es Dios y quiénes somos nosotros. Jesús tiene un argumento que es inteligente y respetuoso a la vez: no tendría sentido que los padres hubieran puesto su fe en un Dios que no da vida para siempre.
El Dios que se reveló en la zarza ardiendo de Sinaí a Moisés es un Dios de una vez, porque es liberador; es liberador del pueblo de la esclavitud y es liberador de la esclavitud que produce la muerte. De ahí que Jesús proclame con fuerza que Dios es un Dios de vivos, no de muertos. Para Él “todos están vivos”, dice Jesús afirmando algo (según Lucas lo entiende) que debe ser el testimonio más profundo de su pensamiento escatológico, de lo que le ha preocupado al ser humano desde que tiene uso de razón: hemos sido creados para la vida y no para la muerte.

Nos acercaremos al tercer domingo del mes con la lectura del Evangelio según San Lucas 21, 5-19
Es seguro que Jesús nunca se definió por un fin del mundo y de la historia con la llegada del reinado de Dios. No era un iluso, aunque fuera un “profeta” escatológico. Pero con ello hay que entender que algo nuevo y “definitivo” estaba surgiendo con su llamada a la conversión y a buscar a Dios con toda el alma y todo el corazón. Porque los reinos de este mundo solamente provocan guerras y catástrofes, pero el Reino de Dios al que él le dedica su vida, nos trae la justicia y la paz. Si no es así es porque los poderosos de este mundo quieren ocupar el lugar de Dios en la historia. Y es eso lo que se condena con este discurso. Los cristianos deben saber que estarán en conflicto con los que dominan en el mundo. En el caso de Lucas, el discurso prepara a los cristianos, no para el fin del mundo, sino para estar dispuestos a la persecución y a la lucha si en verdad son fieles al mensaje de profeta de Galilea. Por ello hay que mantenerse “vigilantes”, pero no por catástrofes apocalípticas, sino porque el reinado de Dios es una instancia crítica que no puede aceptar en muchas ambientes de este mundo.

En el cuarto domingo nos adentraremos en la lectura del Evangelio según san Lucas 23,35-43
El evangelio de Lucas forma parte del relato de la crucifixión, diríamos que es el momento culminante de un relato que encierra todo la teología lucana: Jesús salvador del hombre, y muy especialmente de aquellos más desvalidos. Lucas no entiende la muerte de Jesús como un fracaso. Y no lo es en verdad. Es el momento supremo de la entrega a una causa por la que merece dar la vida. Cuando todos los que están al lado de la cruz le han retado a que salve tal como ellos entienden la salvación, Jesús se niega a aceptarlo. Cuando alguien, destrozado, aunque haya sido un bandido o malhechor, le ruega, le pide, le suplica, ofrece todo lo que es y todo lo que tiene. Desde su impotencia de crucificado, pero de Señor verdadero, ofrece perdón, misericordia y salvación. Esta teología de la cruz es la clave para entender adecuadamente a Jesucristo como Rey del universo. Es un rey sin poder, es decir, el “sin-poder” del amor, de la verdad y del evangelio como buena nueva para todos los que necesitan su ayuda. “Hoy estarás conmigo en el paraíso” es la afirmación más rotunda de lo que este rey crucificado ofrece de verdad. No es la conquista del mundo, sino de nuestra propia vida más allá de este mundo.

FRASES PARA REFLEXIONAR:
• En la comunidad cristiana no puede haber desequilibrios y los ricos y pudientes deben compartir sus bienes como una exigencia de conversión verdadera.
• Jesús proclama con fuerza que Dios es un Dios de vivos, no de muertos.
• Los reinos de este mundo solamente provocan guerras y catástrofes, pero el Reino de Dios nos trae la justicia y la paz.
• “Hoy estarás conmigo en el paraíso”, no es la conquista del mundo, sino de nuestra propia vida más allá de este mundo.

Un fraternal saludo en el Señor.