VENTANA DE FORMACIÓN Nº 20. OCTUBRE 2018

Queridos Hermanos, volvemos después de la época estival, esperando que hayáis pasado un verano lleno de alegrías y de descanso, a encontrarnos con las ventanas de formación.

Como sabéis el curso cofrade comenzó con la Festividad del nacimiento de María Santísima, el 8 de Septiembre, que celebramos con una Eucaristía en su honor. En el mes de septiembre no tuvimos ventana de formación pues diversos motivos hicieron imposible su edición. Pedimos disculpas y volvemos a retomarla en este mes de Octubre, mes apasionante, mes de la Virgen, mes del Rosario.

Comenzaremos este mes con la festividad de Ntra. Señora del Rosario. Os recuerdo que una de nuestras advocaciones es, esa misma, NTRA. SRA. DEL ROSARIO. Nuestra Cofradía hermana, radicada en el Convento de las RRMM Dominicas y junto a ellas celebran el Triduo en su honor los días 5 y 6 a las 20:00 horas y el día 7 a las 12:00 h. Ese mismo día debemos de acompañar a María en el discurrir por las calles de nuestro Jaén en Procesión, que saldrá de nuestra capilla de la Inmaculada Concepción a las 18:00 h.

Seguiremos en el mes de Octubre celebrando el día de la Hispanidad y de la Virgen del Pilar, el día 12 de Octubre, para finalizar con el día de San Lucas, festividad en nuestra capital donde podremos disfrutar de unos días de convivencia en la caseta que nuestra Hermandad tiene instalada en el recinto ferial.

EVANGELIOS DEL MES DE OCTUBRE
El evangelio que nos ocupa este Domingo, día del Señor es el de San Marcos (10, 2-16). El evangelio nos trae hoy un tema muy de actualidad EL DIVORCIO. Aunque en esa época y con la concepción de desigualdad que había entre hombre y mujeres podéis imaginaros que siempre salía perdiendo el género femenino. A Jesús se la pregunta por este acto y con su sabiduría intenta que comprendan que esa separación solo responde a la condición humana, al beneficio propio. Jesús explica que el amor del matrimonio es parte de la creación y  es garantía de la felicidad y de Amor de Dios. “Al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”.

La lectura del evangelio del segundo domingo de Octubre nos lo va a acercar también el evangelista San Marcos (10, 17-30): Este evangelio es el que nos narra la preocupación del joven rico por la salvación. En esta lectura vemos como Jesús pone a prueba a su interlocutor preguntándole por la dejadez de los bienes materiales como condición “sine qua non” para alcanzar el Reino de Dios. Jesús no le interesa que seamos pobres materiales sino que no estemos pendiente de nuestras riquezas terrenales dejando de un lado la riqueza del corazón y la sabiduría, no es inmoral ser rico pero se puede ser ciego y no ver más allá del “dorado de nuestras monedas” si nos apegamos demasiado a ellas.

Nos acercaremos al tercer domingo del mes con la lectura de San Marcos (10, 35-45). En él se pone de manifiesto los intereses de los discípulos y la verdadera meta de Jesús en su caminar hacia Jerusalén. Jesús sabe que su causa puede ser confundida por los que le rodean que siguen anclados en lo material, de ahí la pregunta ¿Quién estará a tu derecha y a tu izquierda? como generales del ejército que encontrarían la grandeza y el poder. Pero nada más lejos de la realidad: “el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos”.

En el cuarto domingo de Octubre nos adentraremos en la lectura de San Marcos (10, 46-52): Marcos nos relata la última escena de Jesús en su camino hacia Jerusalén. Se sitúa en Jericó, la ciudad desde la que se subía a la ciudad santa en el peregrinar de los que venían desde Galilea encontrándose en el camino con un ciego. Jesús lo llama para que se le aproxime. El ciego deja el manto y el cayado en el suelo, se despoja de todo lo que tiene y le protege para ir hacia Jesús. Jesús no solo hará el milagro de devolverle la vista sino que la verdadera cura será el de seguirle hasta su Pasión, muerte y Resurrección.

PARA REFLEXIONAR:
¿Estamos preparados para ser una sola carne y un solo cuerpo hasta que la muerte nos separe o nos ponemos a la altura de “la moda” de la separación, sin importarnos hijos y la voluntad de Dios en beneficio propio?
¿Seremos capaces de despojarnos de prejuicios, “riquezas” y seguir a Jesús con el corazón limpio y puro?
¿Estamos preparados para tirar nuestro manto y nuestro cayado y seguir a Jesús dejando atrás la ceguera de la sociedad consumista actual?

PAZ Y BIEN HERMANOS. UN ABRAZO