VENTANA DE FORMACIÓN Nº 25. MARZO 2019

Estimado Herman@ en Cristo y María, empezamos un intenso y maravilloso mes de Marzo con la llegada de la CUARESMA y los días previos a nuestra Semana Santa. Decía nuestro Sumo Pontífice que la Cuaresma es un nuevo comienzo, un camino que nos lleva a un destino seguro: La Pascua de Resurrección, un tiempo en el que llamamos a la conversión a volver los ojos a Dios a crecer en la amistad con el Señor. La Cuaresma es un tiempo para intensificar la vida de espíritu donde debe estar presente el ayuno, la oración y la limosna, pero sobretodo la Palabra de Dios que nos invita a escuchar y meditar. Tiempo de meditación y reflexión sobre nuestra existencia, nuestro lugar en el mundo, nuestra misión dentro de la Iglesia. Decía San Juan Pablo II que la Cuaresma es un tiempo propicio para intensificar la oración y la penitencia y abrir el corazón a Dios, es un camino que nos prepara para revivir el gran misterio de la muerte y resurrección de Jesucristo.
Recordaros a todos que el próximo día 6 será el miércoles de Ceniza, donde nuestro Señor de la Piedad presidirá el Viacrucis que organiza la Agrupación de Cofradías y Hermandades de la ciudad de Jaén.
El sábado día 9 tendremos la Vigilia de Adoración al Santísimo y este año tan especial tendremos la llegada de la Cruz de las Misiones.

El día 14 tendremos una interesante charla de formación que tratará sobre «La mujer en el Evangelio» en la Agrupación de Cofradías.

El domingo 17 de marzo disfrutaremos del XXXVI Pregón de Exaltación a Mª Stma. de la Estrella en el teatro Darymelia a cargo de nuestro cofrade y Hermano Mayor de la Hermandad del Silencio D. Diego Montiel Serrano.

Seguiremos con el Solemne Triduo estatutario a Ntro. Padre Jesús de la Piedad los días 22-23-24 en nuestro Iglesia de la Purísima Concepción de la RRMM Dominicas, para finalizar el mes de marzo con el Devoto Besapie y Besamano a nuestras Imágenes Titulares el domingo 31.

EVANGELIOS DEL MES DE MARZO

Comenzamos el último y VIII domingo de tiempo ordinario con la Lectura del Santo Evangelio según San Lucas (6, 39-45). En este texto se nos invita a llevar a práctica las palabras de Jesús. Nos presenta dos comparaciones: la del ciego y la del discípulo y el maestro. Se nos invita a superarnos a nosotros mismos, a trabajar hacia adelante sin miedos pero a la misma vez se nos reprocha el ver los defectos en el prójimo sin ver los nuestros propios. “¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: «Hermano, déjame que te saque la mota del ojo», sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo?” Se nos valorará por los “frutos” que demos, como el árbol que da buen fruto. De un árbol bueno y sano, saldrán frutos buenos y sanos, de un árbol enfermo no podrá dar buen fruto. Miremos dentro de nosotros como realmente somos.

Seguiremos el mes de marzo con la Lectura del Santo Evangelio el primer domingo de Cuaresma a cargo de San Lucas (4, 1-13): Las tentaciones del demonio a Jesús es una de las narraciones más expresivas del Evangelio. Jesús afronta tres tentaciones. La lucha entre el bien y el mal, la elección y rotura con Dios o la unión a Él. San Lucas quiere que seamos personas libres, como Jesús, en nuestra fidelidad a Dios porque Dios es garantía de libertad y realización propia. San Lucas nos muestra a Jesús que vuelve del Jordán donde durante 40 días fue llevado por el desierto y tentado por el diablo. Sin comer el diablo le tienta: “Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan”, “Te daré el poder y la gloria de todo eso (todos los reinos del mundo) porque a mí me lo han dado y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo”. “Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: «Encargará a los ángeles que cuiden de ti», y también: «te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras.” Y Jesús, impertérrito contesta con tres frases llenas de Amor hacia el Padre: “Está escrito: no solo de pan vive el hombre”, “Al Señor tu dios adorarás y a él solo darás culto” y “No tentarás al Señor tu Dios”

El II domingo de Cuaresma nos llevará de la mano de San Lucas a meditar el evangelio ( 9, 28b-36). Jesús subió al monte a orar. La transfiguración es una escena llena de símbolos. Desde la oración es posible ver lo que sucede en el alma de Jesús. La “conversación” entre Jesús y los profetas Moisés y Elías es en profundidad sobre su futuro, sobre su muerte que estaba próxima. La transfiguración de Jesús es una preparación para lo que está por acontecer. La oración le da a Jesús la fuerza para seguir hacia adelante.

El domingo 24 de marzo nos sumergimos en el III domingo de Cuaresma de la mano de San Lucas (13, 1-9). El evangelio de hoy nos hace una llamada a la fidelidad de Dios Salvador. Todo el conjunto del evangelio de hoy va en esa dirección de una llamada a la conversión y a contar con Dios en nuestra vida. En el evangelio se nos narran dos escenas que ocurrieron en tiempos de Jesús: Pilato manda masacrar a unos galileos mientras ofrecían un sacrifico (un acto religioso) y otra escena es un accidente de trabajo donde dieciocho personas murieron aplastados por la torre de Siloé. Aparentemente estas escenas no tengan nada que ver con Dios pero si reflexionamos sobre ellas encontraremos las respuestas. Jesús no ve maldad alguna en esos hombres para ser castigados por algo malo que hicieran, no es el anuncio del dios juez el que aparece aquí, el algo más realista lo que aparece. Aparece la maldad humana en la persona de Pilato y los infortunios y el no poder dominar la naturaleza, pero ¿no debemos pensar que debemos estar preparados siempre? ¿Qué debemos tener siempre las manos llenas para el día que la muerte se nos acerque? ¿Qué debemos de vivir con dignidad, con fe y esperanza? La tercera narración nos muestra una parábola sobre la higuera plantada en una viña que al cabo de tres años no da fruto y se quiere arrancar. San Lucas nos muestra que nuestra vida es como un tiempo que Dios nos permite hasta el momento final de nuestra vida. Jesús es el agricultor que pide al dueño que sea paciente con nosotros para que podamos dar fruto.

El IV domingo de Cuaresma vamos de la mano de San Lucas (15, 1-3. 11-32). El Evangelio de hoy se le conoce coloquialmente como “El hijo prodigo”. El misterio de la reconciliación se expresa maravillosamente en el evangelio de hoy siendo una grandiosa historia de amor de padre hacia sus hijos y hacia el egoísmo y rencor. Esta es la parábola de Dios que nunca abandona a sus hijos, que nunca se olvida de ellos. El hijo mayor no quiere que su padre sea padre sino juez, juez que juzgue a su hermano inmisericorde. Solo mira hacia sí mismo, no tiene mentalidad de hijo, de hermano

PARA REFLEXIONAR:

¿Vemos solo los defectos en los demás pero no en nosotros mismos?
¿Qué frutos daremos?
¿Cuáles son nuestras tentaciones? ¿Habríamos sucumbido a las que nos pone en bandeja el diablo: riquezas, egoísmos, escalas sociales, dinero…..?
¿Echamos frecuentemente la culpa de lo que nos pasa a Dios cuando realmente nosotros somos los culpables de todo ello?
¿Cómo actuaríamos frente a la lectura del “hijo pródigo” como padre o como hijo?

Gracias hermanos por vuestra atención. Un abrazo fraterno

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