VENTANA DE FORMACIÓN 78. JUNIO 2024

Señor de la Piedad, más que nunca, GRACIAS por tu intercesión, nuestras vidas se vuelven más bellas en tu presencia…

Estrella, más que nunca es nuestro deber darte GRACIAS, siempre vigilante de nuestras vidas a las que das sentido y calma…

Desde la Vocalía de Formación, volvemos a encontrarnos, un mes más, con las Ventanas de Formación, con el objetivo de complementar la formación activa que la Vocalía propone para todos los cofrades con sus actividades durante todo el año.

Nuestra Hermandad Dominica y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Piedad, en su Sagrada Presentación al Pueblo, María Santísima de la Estrella, Nuestra Señora del Rosario y Santo Domingo de Guzmán, tras la  celebración de la Cruz de Mayo y la Fiesta de Estatutos en Honor a Nuestro Padre Jesús de la Piedad, se prepara para el paréntesis de tiempo veraniego, que también afecta a estas Ventanas de Formación.

Es el momento de hacer balance de todo el curso cofrade y comprobar la vitalidad de nuestra hermandad, que culminó en la Estación de Penitencia de la pasada Semana Santa con el plus de la buena fortuna. Piedad y Estrella quisieron ser protagonistas en las calles jaeneras, unas calles que recibieron la ansiada lluvia que bien valió por una Semana Santa especial en la que la devoción no disminuyó.

Por otro lado, iniciamos un mes de junio lleno de importancia para los cristianos y cofrades, el día 2 conmemoramos el día del Corpus Christi. Es la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía. Este día recordamos la institución de la Eucaristía que se llevó a cabo el Jueves Santo durante la Última Cena, al convertir Jesús el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre. También el día 11 de junio celebramos la festividad de la Virgen de la Capilla, Patrona y Alcaldesa de la ciudad de Jaén, teniendo la posibilidad de acompañarla en el discurrir por la calles de Jaén donde derramará su bendición a todos los jaeneros. Que Mª Stma. de la Capilla nos bendiga a todos.

SIGNIFICADOS:

Nuestro viaje por la Liturgia, se va a complementar este mes, pues seguimos hablando de:

EL CULTO AL SANTÍSIMO SACRAMENTO

Antes que nada, diremos que el culto al Santísimo Sacramento siempre es litúrgico. El culto a la Eucaristía está perfectamente regulado por el Ritual de la sagrada comunión y del culto a la Eucaristía fuera de la misa, publicado en 1973 y en la Instrucción Redemtionis Sacramentum de 2004.

En principio, el culto que se da a la Eucaristía fuera de la misa es de un valor inestimable en la vida de la Iglesia. La exposición y bendición con el Santísimo Sacramento debe ser un acto comunitario que contemple la celebración de la Palabra de Dios y el silencio individual contemplativo y meditativo. La exposición eucarística ayuda a reconocer en ella la presencia de Cristo y nos invita a la unión más íntima con él, que adquiere su culmen en la comunión sacramental.

La exposición puede hacerse con el copón o en la custodia sobre el altar o en un ostensorio. Se le debe adorar con genuflexión de la rodilla derecha. Para la exposición del Santísimo, litúrgicamente se procederá de la siguiente manera: Reunido el pueblo, el ministro se acerca al altar. Si el Sacramento no se reserva en el altar de la exposición, el ministro, con el humeral, lo trae del lugar de la reserva acompañado por acólitos o por fieles con velas encendidas. El copón o la custodia se colocará sobre el altar cubierto con mantel y cuatro o seis velas de cera encendidas, velas que no tienen que ser de color rojo, aunque existe en las hermandades la costumbre de identificar el color rojo con el culto al Santísimo.

Litúrgicamente deben ser de color blanco. Si la exposición se prolonga durante algún tiempo y se hace con la custodia se puede usar el manifestador, colocado en un lugar más alto, pero teniendo cuidado de que no quede ni muy elevado ni muy distante. Si se hizo la exposición con la custodia, el ministro inciensa al Santísimo; luego se retira, si la adoración va a prolongarse algún tiempo. Si la exposición es solemne y prolongada se consagrará la hostia para la exposición en la misa que se celebre anteriormente, y se colocará sobre el altar, en la custodia, después de la comunión.

Antes de retirarse del altar, el sacerdote, si se cree oportuno, colocará la custodia y hará la incensación. Durante el tiempo que dure la Exposición se podrán rezar oraciones, cantos y lecturas, de manera que se concentren en una profunda oración. Nunca el Santísimo deberá estar expuesto sin vigilancia suficiente. Se deben aprovechar las lecturas de la Sagrada Escritura o breves exhortaciones que promuevan un mayor aprecio del misterio eucarístico. Es también conveniente que los fieles respondan a la Palabra de Dios cantando.

Ante el Santísimo Sacramento expuesto por largo tiempo se puede celebrar también alguna parte, especialmente las horas más importantes de la Liturgia de las Horas; por medio de esta recitación se prolonga a las distintas horas del día la alabanza y la acción de gracias que se tributan a Dios en la celebración de la misa, y las súplicas de la Iglesia se dirigen a Cristo y por Cristo al Padre, en nombre de todo el mundo.  Al final de la adoración, el sacerdote o el diácono se acerca al altar; hace genuflexión, se arrodilla y se entona el Pange Lingua u otro cántico eucarístico. Mientras tanto, arrodillado, el ministro inciensa el Santísimo Sacramento, si la exposición se hizo con la custodia. Luego se pone en pie y entona la siguiente oración: “Oremos. Oh Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tú Pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén”

Una vez que ha exhortado la oración, el sacerdote o el diácono se coloca el humeral, hace genuflexión, toma la custodia o el copón y traza con el Sacramento la señal de la cruz sobre el pueblo. Queda prohibido expresamente celebrar la misa durante la Exposición, que la puede hacer el sacerdote, un diácono e incluso un acólito instituido o persona autorizada, aunque estos últimos no pueden en ningún caso impartir la bendición, reservada al presbítero o diácono.

EVANGELIOS DEL MES DE JUNIO

Primer Domingo: Lectura del santo evangelio según San Marcos (14, 12-26): La muerte como entrega

El evangelio de hoy nos  expone la preparación de la última cena de Jesús con los discípulos  y sus palabras en aquella noche, antes de morir.  Jesús hizo y dijo, en esa última cena cosas que se han quedado grabada en nuestra conciencia: “haced esto en memoria mía”. Sus palabras sobre el pan y el vino nos muestra lo que quería hacer más tarde en la cruz: entregarse por nosotros con todo el amor.

Segundo Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Marcos (3, 20-35): Frente a lo «demoníaco», la familia de los hijos de Dios

Hoy leemos varios episodios y temas que están relacionados entre sí. Vemos que se nos habla de los “hermanos” de Jesús” que también puede significar primos, tíos y demás familiares que van a por Él  no porque estén preocupados sino porque quiere verle y estar junto a Él, incluso en esta ocasión esta su Madre, María.  Jesús estaba rodeado, a veces, de gentes por el interés de curar a enfermos y realizar milagros pero que no le entendían en profundidad y además los “enemigos” lo acechaban continuamente. Jesús se muestra rotundo en este pasaje cuando dice que: todo el que blasfema contra el Espíritu Santo no tiene jamás perdón, sino reo de juicio. Jesús decía esto debido a que esa hostilidad hacia Dios viene directamente desde el corazón de la persona.

Tercer Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Marcos (4,26-34): El Reino como un grano que crece en esperanza

El tercer domingo de Junio nos acerca a este evangelio donde nos muestra el Reino como un grano que crece en esperanza. Las parábolas de Jesús son toda una excusa para hablar del misterioso crecimiento del reino que anuncia. En este pasaje nos muestra simbólicamente como son sus comienzos, sus logros y su consumación asemejándose a un grano de arena que cae en la tierra y va creciendo poco a poco llegando a dar sus frutos. También nos habla de “meter la hoz”, siendo lógico que debamos dejar todo lo que no tenga sentido y que sea opuesto al proyecto del Reino de Dios.

Cuarto Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Marcos (4, 35-40): La fuerza del Reino nos libera

No adentraremos en el cuarto domingo de Junio con el evangelio  de San Marcos. En él nos narra la travesía del lago de Galilea donde Jesús pone, o quisiera poner a prueba a sus discípulos, donde les explica el sentido profundo de las parábolas. Jesús sabe que su causa por el Reino de dios va a traer controversia, dificultades y piedras en el camino como las tormentas y viento que te entorpece en el océano, en el lago. Esto es una lección de vida de Jesús donde nos muestra que el camino no va a ser fácil, nos explica los miedos que vamos a tener en nuestra vida pero con la convicción de que Dios, con su tremenda serenidad vencerá sobre todas las cosas. Los Santos Padres siempre interpretaron esa escena como la imagen de la Iglesia que tenía que pasar por esos trances pero siempre encontrarían al Señor junto a ellos para que les otorgase la serenidad de la fe.

PARA REFLEXIONAR:

¿Somos conscientes del regalo que Jesús nos dejó en la Eucaristía?

¿Nos consideramos verdaderos hermanos de Jesús?

¿Somos sembradores de esa semilla que germinará, crees que dará su fruto?

¿Encontramos nosotros a Dios siempre a nuestro lado cuando vemos las situaciones más adversas? ¿Lo buscamos?

Un fraternal saludo en el Señor.

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