La Reina de la Estrella baja las escaleras del cielo donde resplandece Jesús de la Piedad
Un año más, el milagro se hizo patente en la Iglesia Conventual de la Purísima Concepción. La pequeña capilla dominica se convirtió en un espacio de encuentro con el Señor de la Piedad y su Madre de la Estrella en una jornada en la que cientos de cofrades y devotos quisieron venerar y dar un beso a nuestros Sagrados Titulares.
En un ambiente de recogimiento e intimidad, pero también de reencuentros, el comentario generalizado era de reconocimiento al trabajo de la fabricanía y la mayordomía de la Hermandad por diseñar un escenario perfecto para encontrarse con Jesús y con María. Nuestro Padre Jesús de la Piedad, que lucía la túnica blanca y oro del X aniversario como hermandad dominica, se elevaba sobre su peana con un resplandor en el dosel que realzaba su divinidad, mientras que la Reina de la Estrella se encontraba en el centro del templo tras dejar su trono celestial y bajar la escalinata para recibir el beso de sus devotos.
Galería fotográfica: Jose Ibáñez