Nuestro Domingo de Ramos

Llegó nuestro Domingo de Ramos, el día esperado por todos los cofrades de nuestra hermandad. Con un sol radiante, a las 10 horas celebramos la Eucaristía preparatoria para la procesión de penitencia. Oficiada por nuestro capellán, D. Blas Pegalajar, nos reunimos en hermandad para escuchar la Pasión y sentarnos juntos a la Mesa del Altar. Un culto muy especial que finalizamos con el tradicional acto de las espigas mediante el cual reafirmamos el estrecho vínculo de nuestra cofradía con la Comunidad de Reverendas Madres Dominicas. Una unión plasmada en un ramillete de espigas que son depositadas a los pies de Nuestro Padre Jesús de la Piedad en su paso de misterio, y en un relicario de Santo Domingo de Guzmán que porta en su mano María Santísima de la Estrella bajo su palio.

Ya por la tarde, a las 16:15 horas, se abrieron las puertas de nuestra Casa de Hermandad para dar inicio a la procesión penitencial por las calles de Jaén. Un largo camino para compartir la Piedad de Cristo y llevar la luz de María a las miles de personas que se agolparon en calles y plazas al paso de nuestro cortejo procesional. Muchos fueron los momentos especiales de una tarde noche en la que no faltaron las petalás a María Santísima de la Estrella, las saetas o los sonidos rocieros en el regreso.

La Hermandad quiere agradecer, en primer lugar, a los cofrades que han participado en la procesión penitencial, por revestirse con el traje de estatutos y mantener el orden y recogimiento necesarios para la oración. Un agradecimiento que hacemos extensivo a las cuadrillas de costaleros, por su esfuerzo y buen hacer. Y por supuesto, a las formaciones musicales, a la Asociación Musical Pedro Morales, por interpretar un repertorio exquisito tras la Estrella del Santo Reino, y a la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Piedad en su Presentación al Pueblo, nuestra banda, «La Estrella», por la calidad musical derrochada en cada marcha y dejar para el recuerdo instantes únicos como los vividos en la calle Llana.

Y por último, queremos agradecer al pueblo de Jaén y a todas las personas que nos visitaron, la acogida en las calles. Desde la salida hasta el regreso nos vimos arropados y sentimos que nuestra misión evangelizadora de acercar a Jesús y a María a la gente tiene sentido.

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