VENTANA DE FORMACIÓN Nº 23. ENERO 2019

Estimados hermanos en Cristo y María, comenzamos un nuevo año, un nuevo reto y un nuevo motivo de alegría para seguir caminando junto a Jesús y María. Pasadas ya las Navidades que espero las hayáis disfrutado al máximo junto a vuestros familiares en el espíritu de Cristiandad que seguro os habrá llenado el nacimiento de nuestro Redentor.
Este mes de Enero viene cargadito, como los camellos de SSMM los Magos de Oriente. Empezamos con el día 6 con la Epifanía del Señor, lleno de ilusión y corazón blanco cual niño que espera sus regalos en la noche mágica por antonomasia del año.

Seguiremos con la Igualá del Paso de Ntra. Sra. de la Estrella que será el día 10 de enero de 21:00 h. a 23:00 h. Al día siguiente será la Igualá del Paso de Ntro. Señor de la Piedad con el mismo horario.

Recordaros que el día 11 de enero se presentará también el Cartel de la Semana Santa de Jaén.

El día 19 nuestra Agrupación Musical realizará en la Plaza de nuestra Casa de Hermandad la tradicional Lumbre de San Antón por primera vez en esa ubicación.

EVANGELIOS DEL MES DE ENERO

Comenzamos el mes de Enero con la Lectura del santo evangelio según San Mateo (2, 1-12). Preciosa lectura sobre la adoración de los magos de Oriente a un Jesús recién nacido. Donde aparece un Herodes preocupado por las noticias de la llegada del Mesías y su intento de engaño a los magos para que le dijeran su paradero. Nos encontramos ante una magnífica página teológica con sabor oriental de las primeras comunidades cristianas donde los magos, extraños al judaísmo y a su religión han buscado e interpretado los signos de los tiempos y han aceptado al niño de Belén como su luz.

Seguiremos el mes de Enero con la lectura del evangelio en el segundo domingo de Enero según San Lucas (3, 15-16. 21-22). El Bautismo de Jesús se enmarca en el movimiento de Juan el Bautista que llamaba a su pueblo al Jordán (el río por el que el pueblo del Éxodo entró en la Tierra prometida) para comenzar, por la penitencia y el perdón de los pecados, una era nueva donde fuera posible volver a tener conciencia e identidad de pueblo de Dios. Jesús quiso participar en ese movimiento por solidaridad con la humanidad. Juan el Bautista tiene que deshacer falsas esperanzas del pueblo que le sigue. Él no es el Mesías, sino el precursor del que trae un bautismo en el Espíritu: una presencia nueva de Dios. El bautismo de Jesús, en Lucas, tiene unas resonancias más proféticas. Hace oración porque al salir del agua (esto se ha de tener muy en cuenta), y estando en oración, desciende el Espíritu sobre él.

Nos trasladamos en el tercer domingo de Enero al evangelio según San Juan (2, 1-12) a una boda en Caná de Galilea donde estaba la madre de Jesús; Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Se nos presenta el primer signo que Jesús hace en este evangelio y que preanuncia todo aquello que Jesús realizará en su existencia. Podríamos comenzar por una descripción de una fiesta de bodas, en un pueblo, en el ámbito de la cultura hebrea oriental donde el centro de atención es sin lugar a dudas María y Jesús. María actúa, más que como madre, como persona atenta a una boda que representa la religión judía, en la que ella se había educado y había educado a Jesús. En este relato de la boda obra mucha importancia el “vino” que se menciona hasta cinco veces, ya que el vino tiene un significa mesiánico. Y, además, esto no se entiende como un milagro, sino como un “signo”, el primero de los seis que se han de narrar en el evangelio de Juan.

En el último domingo de Enero, día 27 entraremos en el Evangelio de San Lucas (1,1-4; 4,14- 21) San Lucas, con su mentalidad occidental, cuidadosa, se ha informado cuanto ha podido para escribir sobre Jesús de Nazaret. No obstante, su obra no es la “historia de Jesús”, una historia más, sino que, como en el caso de Marcos, es el evangelio, la buena noticia de Jesús lo que importa. Por eso, en realidad, la lectura del evangelio tiene su fuerza en el episodio de Jesús en la sinagoga de Nazaret, donde se había criado. “Fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el Libro del Profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor.»
Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba, y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles:
–Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.